miércoles, 30 de mayo de 2012
¿Que es Franja de Gaza?
Es una lengüeta de tierra entre al mar Mediterráneo, el sur oeste de Israel y la frontera con Egipto. Fue una provincia del Gobierno Inglés sobre Palestina hasta 1948 cuando se funda el estado de Israel. En ese año queda anexada al gobierno palestino, pero se produce una guerra entre árabes e Israel con el resultado de la anexión de la Franja a Egipto. Israel la conquista en 1967 y es devuelta al gobierno palestino en 1994. Los palestinos residentes allí guardan mucho rencor por la fundación del estado de Israel, el cual a ocupado y mantiene un férreo control sobre esas tierras. El sionismo, movimiento que lleva a fundar el estado de Israel, en un principio buscaba una nueva ubicación para el estado judío, pero la ONU haciendo caso de la nostalgia de esta gente por sus tierras ancestrales (de donde fueron echados hace más de 1900 años) y funda allí el estado, lo que provocó la ira de muchos palestinos (musulmanes que residen allí desde el año 636, cuando la conquistaron al imperio Bizantino). Es una frase hecha, pero Palestina ha sido siempre un costoso trofeo de guerra, que por su ubicación es muy estratégico para el comercio mundial, primero en la antigüedad por las rutas comerciales, hoy en el aspecto religioso, cultural y por estar cerca de los yacimientos de petróleo más importantes de Medio Oriente.
Recrudece conflicto a Franja de Gaza
Después de la no renovación de la tregua entre Israel y Hamas, el 19 de diciembre pasado, las acciones militares y la tensión han ido en aumento en la Franja de Gaza.
Previo al vencimiento de esta, ya venían aconteciendo agresiones mutuas, que en los días se volvieron más contundentes.
Desde hace tres días, Israel bombardea [...]
Previo al vencimiento de esta, ya venían aconteciendo agresiones mutuas, que en los días se volvieron más contundentes.
Desde hace tres días, Israel bombardea [...]
Previo al vencimiento de esta, ya venían aconteciendo agresiones mutuas, que en los días se volvieron más contundentes.
Desde hace tres días, Israel bombardea la Franja de Gaza, en respuesta al lanzamiento de cohetes realizado por Hamas hacía territorio israelí.
Entre los objetivos alcanzados por los israelíes, se encuentran el Ministerio del Interior de Hamas, y la Universidad islámica.
Hasta el domingo se habían reportado 300 muertos, de los cuales, según estimaciones de la ONU, 51 serían civiles.
Desde ese organismo, su Secretario General, Ban Ki-moon, instó a Israel a cesar de inmediato los ataques, y pidió a ambas partes que mantengan la calma.
Desde la ONU se informó también que Ban mantuvo conversaciones con Ehud Olmert, Primer Ministro israelí; y Mahmoud Abbas, Presidente palestino; además de otros líderes de la región.
El Secretario General remarcó la solicitud realizada anteriormente por el Consejo de Seguridad del organismo a Israel, en referencia a la apertura de la frontera con Gaza para que los civiles palestinos reciban ayuda sanitaria.
Por su parte, Ehud Barak, Ministro de Defensa israelí, dijo en un discurso pronunciado en el Parlamento de su país, que “No tenemos nada contra los habitantes de Gaza, pero estamos comprometidos en una guerra sin tregua contra el Hamas y sus aliados”.
En otro momento de su alocución, el jerarca defendió la postura de Israel, diciendo que “La contención que hemos observado es una fuente de fuerza. Luchamos con una ventaja moral. Ellos disparan contra civiles deliberadamente. Nosotros acorralamos a los terroristas y evitamos, en la medida de lo posible, dañar a civiles cuando la gente de Hamas actúa y se esconde intencionadamente en medio de la población”.
A las palabras del funcionario, se agrega la movilización de 6 mil hombres de reserva, lo que hace prever que las acciones continuarán, y que al menos por el momento no habrá marcha atrás de parte de Israel, en su intención de ir contra Hamas.
Israel y Franja de Gaza utilizan a las personas como monedas de cambio
Grupos armados palestinos mantienen detenido al soldado israelí Gilad Shalit desde hace 1.000 días y durante todo este tiempo no le han permitido recibir visitas del Comité Internacional de la Cruz Roja. Le han impedido también mantener contacto con sus familiares, salvo un par de cartas en casi tres años.
El 25 de junio de 2006, grupos armados palestinos capturaron a Gilad Shalit en una base militar israelí próxima a la Franja de Gaza. La reclusión de Gilad Shalit en régimen permanente de incomunicación pone de relieve la difícil situación de las personas detenidas en el conflicto entre Israel y la Franja de Gaza, a quienes ambas partes utilizan como moneda de cambio en las negociaciones políticas.
Desde principios de junio de 2007, las autoridades israelíes prohíben a los alrededor de 900 palestinos de Gaza recluidos en prisiones israelíes recibir cualquier visita de tipo familiar. Anteriormente podían visitarlos sólo algunos parientes. Hay personas que llevan 10 años o más sin poder ver a sus familiares encarcelados.
Dicha prohibición forma parte del bloqueo impuesto por Israel a la circulación de personas y mercancías entre Gaza y el exterior, lo que constituye un castigo colectivo a su millón y medio de habitantes.
En febrero de 2009, en respuesta a la preocupación internacional por el hecho de que el bloqueo pudiera ocasionar una crisis humanitaria en Gaza, el viceprimer ministro israelí, Haim Ramon, declaró: “Israel sí que está sufriendo una grave crisis humanitaria: se llama Gilad Shalit […] y mientras no vuelva a casa, no sólo impediremos que lleguen nuevos suministros a los habitantes de Gaza, sino que disminuiremos los que llegaban hasta ahora”.
El primer ministro israelí, Ehud Olmert, se manifestó en términos análogos: “No reabriremos los pasos fronterizos [con Gaza] ni facilitaremos ningún tipo de ayuda a Hamás mientras Gilad Shalit permanezca recluido en la horrible prisión en la que se encuentra”.
Por su parte, Hamás y otros grupos armados palestinos de Gaza insisten en que no lo liberarán mientras Israel no ponga en libertad a varios centenares de los 8.000 palestinos recluidos en cárceles israelíes. “La solución del caso Shalit depende de un intercambio de prisioneros […] No será liberado hasta que el ocupante israelí ponga en libertad a prisioneros palestinos a quienes Hamás desea ver libres, con independencia de las posibles consecuencias de esta medida”, señaló Sami Abu Zuhri, portavoz de dicha organización, en octubre de 2008.
Entre estos presos se encuentran parlamentarios y miembros de Hamás detenidos por las fuerzas israelíes después de la captura de Gilad Shalit con el evidente propósito de presionar a la organización para que lo pongan en libertad.
En conversaciones mantenidas con Amnistía Internacional, altos dirigentes de Hamás han indicado que esta organización reconoce el derecho de todo detenido a recibir visitas del Comité Internacional de la Cruz Roja, a ser tratado con humanidad y a mantener contactos con sus familiares. Éstas son las principales peticiones formuladas por Amnistía Internacional en el caso de Gilad Shalit, dada su condición de prisionero de guerra.
Sin embargo, dichos dirigentes han señalado también que las visitas no se pueden efectuar por “motivos de seguridad”, pues podrían revelar el paradero del detenido. Según el derecho internacional, este tipo de consideraciones no invalidan las normas que establecen como necesarias las visitas del Comité Internacional de la Cruz Roja.
En diciembre de 2008, tras reiterar que estaba dispuesto a llevar a cabo una evaluación confidencial de la condición en que se encuentra Gilad Shalit, el Comité señaló: “En el caso de Gilad Shalit, deploramos que las consideraciones de tipo político tengan más peso que las preocupaciones humanitarias y el respeto por los principios humanitarios básicos, circunstancia que imposibilita en la práctica ayudar al detenido o a sus familiares”.
Entre los alrededor de 900 palestinos de Gaza recluidos en cárceles israelíes se encuentra Riyad Ayyad, detenido sin cargos ni juicio desde 2002. Su esposa, Amna Ayyad, señaló a Amnistía Internacional: “Durante cinco años fui a Israel [a visitarlo] y nunca causé ningún problema. Si hubiera hecho algo malo, el ejército israelí me habría detenido. A mi esposo no lo han juzgado y no sabemos cuándo lo pondrán en libertad. ¿Por qué no pueden dejarme que lo visite? Y encima, ahora, desde […] el verano [de 2007], no permiten visitas a nadie de Gaza. Mi hijo nació cuando su padre estaba ya encarcelado y lleva muchos meses sin verlo”.
En septiembre de 2008, el Comité Internacional de la Cruz Roja mostró su preocupación por la política de las autoridades israelíes de prohibir las visitas de carácter familiar a los detenidos de Gaza: “Las familias de Gaza siguen sin poder visitar a los alrededor de 900 palestinos de dicho territorio recluidos en prisiones israelíes después de la decisión adoptada en junio de 2007 por las autoridades israelíes de suspender el Programa de Visitas Familiares. Ente otras, la suspensión ha tenido como consecuencia privar a los niños de ver a sus padres o a otros parientes”.
En octubre de 2008, el ministro de Defensa israelí, Ehud Barak, dio a entender que se podría extender la prohibición a los simpatizantes de Hamás en Cisjordania que se encuentran detenidos. Señaló: “Esta postura ante las visitas a los presos [la prohibición de las visitas procedentes de Gaza], aunque infringe sus derechos en algunos aspectos, está en consonancia con la política del gobierno sobre las sanciones impuestas a Gaza. La postura tiene una justificación muy sólida en el prolongado cautiverio del soldado Gilad Shalit”.
Amnistía Internacional ha pedido que se ponga fin a la utilización de personas detenidas como moneda de cambio en las negociaciones políticas.
“Hamás, como administrador de hecho de la Franja de Gaza, debe procurar que Gilad Shalit sea tratado con humanidad –ha indicado Donatella Rovera, investigadora sobre Israel y los Territorios Palestinos Ocupados de Amnistía Internacional–. Debe permitírsele de inmediato recibir visitas del Comité Internacional de la Cruz Roja y mantener contactos con sus parientes y el exterior de forma periódica. Por su parte, las autoridades israelíes deben permitir la reanudación inmediata de las visitas familiares a los detenidos palestinos de Gaza y levantar el bloqueo de dicho territorio”.
El 25 de junio de 2006, grupos armados palestinos capturaron a Gilad Shalit en una base militar israelí próxima a la Franja de Gaza. La reclusión de Gilad Shalit en régimen permanente de incomunicación pone de relieve la difícil situación de las personas detenidas en el conflicto entre Israel y la Franja de Gaza, a quienes ambas partes utilizan como moneda de cambio en las negociaciones políticas.
Desde principios de junio de 2007, las autoridades israelíes prohíben a los alrededor de 900 palestinos de Gaza recluidos en prisiones israelíes recibir cualquier visita de tipo familiar. Anteriormente podían visitarlos sólo algunos parientes. Hay personas que llevan 10 años o más sin poder ver a sus familiares encarcelados.
Dicha prohibición forma parte del bloqueo impuesto por Israel a la circulación de personas y mercancías entre Gaza y el exterior, lo que constituye un castigo colectivo a su millón y medio de habitantes.
En febrero de 2009, en respuesta a la preocupación internacional por el hecho de que el bloqueo pudiera ocasionar una crisis humanitaria en Gaza, el viceprimer ministro israelí, Haim Ramon, declaró: “Israel sí que está sufriendo una grave crisis humanitaria: se llama Gilad Shalit […] y mientras no vuelva a casa, no sólo impediremos que lleguen nuevos suministros a los habitantes de Gaza, sino que disminuiremos los que llegaban hasta ahora”.
El primer ministro israelí, Ehud Olmert, se manifestó en términos análogos: “No reabriremos los pasos fronterizos [con Gaza] ni facilitaremos ningún tipo de ayuda a Hamás mientras Gilad Shalit permanezca recluido en la horrible prisión en la que se encuentra”.
Por su parte, Hamás y otros grupos armados palestinos de Gaza insisten en que no lo liberarán mientras Israel no ponga en libertad a varios centenares de los 8.000 palestinos recluidos en cárceles israelíes. “La solución del caso Shalit depende de un intercambio de prisioneros […] No será liberado hasta que el ocupante israelí ponga en libertad a prisioneros palestinos a quienes Hamás desea ver libres, con independencia de las posibles consecuencias de esta medida”, señaló Sami Abu Zuhri, portavoz de dicha organización, en octubre de 2008.
Entre estos presos se encuentran parlamentarios y miembros de Hamás detenidos por las fuerzas israelíes después de la captura de Gilad Shalit con el evidente propósito de presionar a la organización para que lo pongan en libertad.
En conversaciones mantenidas con Amnistía Internacional, altos dirigentes de Hamás han indicado que esta organización reconoce el derecho de todo detenido a recibir visitas del Comité Internacional de la Cruz Roja, a ser tratado con humanidad y a mantener contactos con sus familiares. Éstas son las principales peticiones formuladas por Amnistía Internacional en el caso de Gilad Shalit, dada su condición de prisionero de guerra.
Sin embargo, dichos dirigentes han señalado también que las visitas no se pueden efectuar por “motivos de seguridad”, pues podrían revelar el paradero del detenido. Según el derecho internacional, este tipo de consideraciones no invalidan las normas que establecen como necesarias las visitas del Comité Internacional de la Cruz Roja.
En diciembre de 2008, tras reiterar que estaba dispuesto a llevar a cabo una evaluación confidencial de la condición en que se encuentra Gilad Shalit, el Comité señaló: “En el caso de Gilad Shalit, deploramos que las consideraciones de tipo político tengan más peso que las preocupaciones humanitarias y el respeto por los principios humanitarios básicos, circunstancia que imposibilita en la práctica ayudar al detenido o a sus familiares”.
Entre los alrededor de 900 palestinos de Gaza recluidos en cárceles israelíes se encuentra Riyad Ayyad, detenido sin cargos ni juicio desde 2002. Su esposa, Amna Ayyad, señaló a Amnistía Internacional: “Durante cinco años fui a Israel [a visitarlo] y nunca causé ningún problema. Si hubiera hecho algo malo, el ejército israelí me habría detenido. A mi esposo no lo han juzgado y no sabemos cuándo lo pondrán en libertad. ¿Por qué no pueden dejarme que lo visite? Y encima, ahora, desde […] el verano [de 2007], no permiten visitas a nadie de Gaza. Mi hijo nació cuando su padre estaba ya encarcelado y lleva muchos meses sin verlo”.
En septiembre de 2008, el Comité Internacional de la Cruz Roja mostró su preocupación por la política de las autoridades israelíes de prohibir las visitas de carácter familiar a los detenidos de Gaza: “Las familias de Gaza siguen sin poder visitar a los alrededor de 900 palestinos de dicho territorio recluidos en prisiones israelíes después de la decisión adoptada en junio de 2007 por las autoridades israelíes de suspender el Programa de Visitas Familiares. Ente otras, la suspensión ha tenido como consecuencia privar a los niños de ver a sus padres o a otros parientes”.
En octubre de 2008, el ministro de Defensa israelí, Ehud Barak, dio a entender que se podría extender la prohibición a los simpatizantes de Hamás en Cisjordania que se encuentran detenidos. Señaló: “Esta postura ante las visitas a los presos [la prohibición de las visitas procedentes de Gaza], aunque infringe sus derechos en algunos aspectos, está en consonancia con la política del gobierno sobre las sanciones impuestas a Gaza. La postura tiene una justificación muy sólida en el prolongado cautiverio del soldado Gilad Shalit”.
Amnistía Internacional ha pedido que se ponga fin a la utilización de personas detenidas como moneda de cambio en las negociaciones políticas.
“Hamás, como administrador de hecho de la Franja de Gaza, debe procurar que Gilad Shalit sea tratado con humanidad –ha indicado Donatella Rovera, investigadora sobre Israel y los Territorios Palestinos Ocupados de Amnistía Internacional–. Debe permitírsele de inmediato recibir visitas del Comité Internacional de la Cruz Roja y mantener contactos con sus parientes y el exterior de forma periódica. Por su parte, las autoridades israelíes deben permitir la reanudación inmediata de las visitas familiares a los detenidos palestinos de Gaza y levantar el bloqueo de dicho territorio”.
sábado, 26 de mayo de 2012
Operación Plomo Fundido:
La ofensiva israelí comenzó el 27 de diciembre de 2008 en respuesta a los
continuos lanzamientos de misiles de corto alcance por parte de Hamas en
territorio israelí.
Los objetivos principales de los bombardeos fueron los ministerios de la
Autoridad Palestina en Gaza y las comisarías de Fuerza Ejecutiva, policía
creada por Hamas, los túneles que transcurren bajo la ruta Philadelphi,
paralela a la frontera entre Egipto e Israel empleada para el contrabando de
armas, la Universidad Islámica de Gaza, símbolo de poder de Hamas, así como
carreteras y campos de entrenamiento de la organización islamista.
Dos días después los milicianos palestinos incrementaron sus ataques contra
territorio israelí en las ciudades del sur de Israel, alcanzando la ciudad de
Beer Sheva, el punto más lejano alcanzado hasta entonces por un cohete desde la
Franja de Gaza.
Ese mismo día las autoridades israelíes ordenaron a los periodistas que
abandonaran las áreas colindantes a la zona y movilizaron soldados y carros de
combate en la frontera con Gaza en vista de una invasión terrestre.
A partir del cuarto día los bombardeos del ejército israelí alcanzaron
casas particulares de miembros destacados de Hamas y atacaron el barco
chipriota Dignity, que transportaba 4 toneladas de ayuda humanitaria a la
Franja de Gaza.
Fue entonces cuando el Cuarteto de Mediadores para Oriente Próximo, formado
por la Unión Europea, Rusia, Estados Unidos y las Naciones Unidas, solicitó un
alto el fuego que fue rechazado por ambos bandos.
El 31 de diciembre Egipto cerró el paso de Rafath, entre Egipto y la Franja
de Gaza, Israel comenzó la incursión terrestre en el norte de Gaza y ordenó el
cierre de los pasos fronterizos entre Israel y Cisjordania ante el temor a las
protestas de la población árabe-israelí (población de lengua árabe y religión
musulmana que habitan dentro de las fronteras de Israel y que abarcan el 19% de
la población del país) debido a la muerte de varios líderes de Hamas tras los
bombardeos.
Ataques indiscriminados
contra la población civil Palestina
El 3 de enero se produjo uno de los ataques más indiscriminados contra la
población civil por parte de Israel, bombardeando una mezquita en la que se
encontraban 200 personas rezando en su interior. Posteriormente se bombardeó un
edificio en el que se habían refugiado más de 100 palestinos bajo órdenes de
miembros del ejército israelí, aunque luego estos negaron conocer el incidente.
El alto comisionado de las Naciones Unidas para los derechos humanos, Navi
Pillay declaró que este incidente sería la base para una investigación sobre
posibles crímenes de guerra.
Aunque el ataque que más movilizó a la opinión pública a nivel mundial y
que desató más controversia fue el realizado por el ejército israelí sobre dos
escuelas de la Agencia de las Naciones Unidas para los refugiados de Palestina
en Gaza en las que se refugiaban centenares de palestinos civiles y en el que
se produjeron 43 víctimas. El ejército israelí alegó que se habían producido
lanzamientos de misiles desde la escuela, aunque no constan pruebas de ello.
Debido a estos ataques, la Agencia de la ONU decidió suspender
momentáneamente su labor en la Franja de Gaza al encontrarse con enormes
dificultades para realizar su trabajo y por las acciones hostiles contra sus instalaciones
y personal.
Una vez el norte y el sur de Gaza quedaron incomunicados, la ofensiva
terrestre se centró en sitiar la Ciudad de Gaza y las principales ciudades del
sur de la Franja. Asimismo, las autoridades israelíes decretaron un cese de los
bombardeos entre las 11 y las 14 horas de cada día para que la población
Palestina pudiera abastecerse de provisiones y medicamentos.
Mientras tanto, Hamas seguía lanzando misiles a territorio israelí y
Hezbola también hizo lo propio desde el sur del Líbano.
Hasta el 7 de enero no se consiguió un principio de acuerdo para el alto el
fuego promovido por el presidente de Egipto, Hosni Mubarack y el presidente de
la República Francesa, Nicolas Sarkozy, aunque no fue aceptado por ninguna de
las partes.
Fue el 9 de enero cuando el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas
aprobó la Resolución 1860 en la que exigía el "alto el fuego inmediato así
como la provisión y distribución a través de la Franja de Gaza de asistencia
humanitaria, incluyendo comida, combustible y tratamiento médico". Su
Secretario General, Ban Ki-Moon, se dirigió hacia la zona para intentar llevar
a la práctica dicha declaración aunque ambos bandos se negaron a aceptarla y
continuaron los ataques hasta el 18 de enero.
¿Por qué empezó el conflicto?
¿Por qué empezó el conflicto?
Respecto a la cuestión del conflicto
árabe-israelí (2008-2009), el primero punto que es
importante discutir es el de saber hasta
qué punto la invasión de Gaza podría ser
evitada
o si, por otro lado, era inevitable.
A principios de 2004 el Primer Ministro Ariel Sharon propuso el Plan de retirada
unilateral israelí o Plan de desconexión.
Este plan, que fue llevado a cabo en el verano
de 2005, tenía como objetivo la retirada
unilateral israelí de la Franja de Gaza. Aunque
Sharon rechazó coordinar esta retirada con
la Autoridad Palestina y la presencia del
presidente Mahmoud Abbas como
interlocutor. Según la opinión de Hillel Schenker,
periodista de Tel-Aviv y co-director del
Palestine-Israel Journal, esto llevó Hamas a
“clamar que fue su ‘resistencia’ la que
llevó a que las negociaciones propuestas por
Abbas no se concretasen”.
En verdad, muchos tienen la opinión de que
esta retirada unilateral fue la causa del
inicio de los conflictos en la Franja de
Gaza.
De hecho, esta retirada, por ser
unilateral, dejó más cuestiones por resolver de las que
resolvió. Gaza permaneció cerrada ante el
mundo, Cisjordania bajo ocupación, y lo
que parecía ser la solución para el
problema se trasformó en una oleada de nuevas
tensiones.
Después de la muerte de Yasser Arafat en
2004, y de las elecciones legislativas
celebradas
en enero de 2006 en Palestina que dieron la mayoría a Hamas, la
respuesta de la comunidad internacional
fue cercar Gaza e intentar derribar a Hamas por medios poco democráticos. En
2007 fracasaron las negociaciones para la creación
de un gobierno de unidad nacional
Fatah-Hamas. En el mismo año, Israel inicia un
duro bloqueo a Gaza. Hamas respondió con
ataques de cohetes. Por fin, en junio de
2008, Hamas e Israel acuerdan, bajo la
mediación egipcia, el establecimiento de una
tregua que tenía como objetivo un alto el
fuego y también el levantamiento del
bloqueo. El acuerdo fue violado varias veces.
Sin embargo, otros condicionantes han
llevado a esta crisis de derechos humanos en
los territorios palestinos ocupados por
Israel, como el bloqueo de Gaza por
parte de
Israel y las restricciones de movimiento
para proteger los asentamientos ilegales en
Cisjordania, junto con los ataques
indiscriminados de cohetes desde Palestina contra
ciudades israelíes y los grandes abusos
cometidos por Al Fatah y Hamas contra sus
respectivos simpatizantes.
Además, el gobierno de Israel afirmó que
el lanzamiento de cohetes Qassam por parte
de Hamas y otras organizaciones palestinas
contra el sur de Israel fue la causa
principal para lanzar su ofensiva contra
la Franja de Gaza el 27 de diciembre de 2008.
Consecuencias del conflicto de la Franja de Gaza
Consecuencias del conflicto de la
Franja de Gaza de 2008-2009
Entre el 27 de diciembre de 2008 y el 18
de enero de 2009 se
desarrolló un conflicto entre la
Franja de Gaza y el sur de Israel, que causó el mayor número de bajas en 60
años de conflicto árabe-israelí. Fuentes israelíes informaron de que el
objetivo de este ataque fue destruir la "infraestructura terrorista" y la capacidad militar de Hamás, como respuesta al lanzamiento de cohetes y proyectiles de mortero lanzados desde la Franja de Gaza contra el sur de Israel por parte de milicianos miembros las Brigadas de Ezzeldin Al-Qassam, de la Yihad
Islámica y de otras
organizaciones minoritarias palestinas.
Las consecuencias derivadas del
conflicto fueron tan variadas
como la propia naturaleza del conflicto
árabe-israelí en el que está
enmarcado. Las principales consecuencias se derivaron de los daños producidos
tanto en la Franja de Gaza como en el sur de Israel como consecuencia del
incremento de las hostilidades durante el conflicto; del número y la naturaleza
de las víctimas producidas, principalmente en el bando palestino; las
acusaciones por parte de diversas organizaciones internacionales contra ambos
bandos por la posible comisión de crímenes
de guerra y uso de armamento
prohibido durante la contienda; la situación en la que quedaron tanto la Franja
de Gaza como el sur de Israel tras la ofensiva;
la reanudación en el ritmo de lanzamiento de cohetes desde la franja costera
hacia territorio israelí y los ataques llevados a cabo por el ejército hebreo
en Gaza tras la retirada completa de las tropas israelíes el 21 de enero de 2009;
y las diferentes consecuencias diplomáticas y políticas que se derivaron del
conflicto; además de las labores de recontrucción de Gaza, dificultadas por la
situación política en la que se encuentra el territorio costero tras el
conflicto.
conflicto de la Franja de Gaza
El conflicto de la Franja de Gaza de
2008-2009, denominado Operación Plomo Fundido por
las Fuerzas de Defensa Israelíes (FDI), fue una ofensiva militar desde el aire, tierra y mar, precedida por una campaña de bombardeo aéreo El conflicto de la Franja de Gaza de 2008-2009, denominado Operación
Plomo Fundido ) por las Fuerzas
de Defensa Israelíes (FDI), fue
una ofensiva militar desde el aire, tierra y mar, precedida por una campaña de bombardeo aéreo sobre la Franja de Gaza (Territorios Palestinos), que tuvo
inicio el 27 de diciembre de 2008 y que finalizó el 18 de enero de 2009. Fue dirigida contra objetivos de la
infraestructura de la organización Hamás,
principalmente puertos, sedes ministeriales, cuarteles de policía, depósitos de armas y los
túneles subterráneos que comunican la Franja de Gaza con Egipto. El conflicto
fue descrito como la “Masacre de
Gaza" en gran parte
del mundo.
Según el
gobierno israelí, el objetivo de la ofensiva era destruir la "infraestructura
terrorista" y la
capacidad militar de Hamás, como respuesta al lanzamiento de cohetes y proyectiles de mortero, contra objetivos civiles israelíes por parte de milicianos
palestinos desde la Franja de Gaza, dado que desde que acabó el alto el fuego
que precedió al conflicto hasta el inicio de la ofensiva, más de 200
proyectiles impactaron en el sur de Israel. El ministro de defensa de Israel Ehud Barak declaró: "Hay
un tiempo para la calma y un tiempo para la lucha, y ahora ha llegado el
momento de luchar". En
tanto que el primer ministro de
Israel, Ehud Ólmert, advirtió de
que "puede llevar tiempo, y todos y cada uno de nosotros debemos ser
pacientes para que así podamos completar la misión".
Este
conflicto provocó el mayor número de bajas en los últimos cuarenta años de conflicto árabe-israelí, catorce de
ellas israelíes, de las que once eran soldados y tres civiles. Aproximadamente
1.400 palestinos murieron a consecuencia de los
bombardeos y los combates urbanos; centenares
de ellos eran civiles, aunque existen importantes divergencias entre las cifras
aportadas por distintas organizaciones. Según el Centro Palestino para los
Derechos Humanos, de los 1.434 palestinos fallecidos durante el conflicto 960
eran civiles, 288 de ellos menores de dieciocho años, mientras que un informe presentado por
el ejército israelí reconocía 1.166 palestinos muertos, entre 457 y 295 de
ellos víctimas civiles. La organización israelí para los derechos humanos B'Tselem cifró en 1.387 el número de palestinos
muertos, de los que al menos 774 serían civiles, 320 de ellos por debajo de los
dieciocho años. La Franja de Gaza
resultó seriamente dañada y miles de edificios fueron destruidos, la mayor
parte de ellos residenciales. Tanto
las Fuerzas de Defensa de Israel como Hamás fueron acusados de haber cometido crímenes de guerra durante el conflicto por distintos
informes de Naciones Unidas, Amnistía
Internacional y Human Rights Watch.
Inmediatamente
después del inicio de la ofensiva,
los grupos armados palestinos en la Franja
de Gaza respondieron
intensificando el lanzamiento de cohetes hacia Israel, y sus líderes hicieron
llamamientos a la Tercera Intifada contra Israel y a la reanudación de losatentados
suicidas. El sur del territorio
israelí se vio sometido a una situación de permanente alarma, y los cohetes
alcanzaron en repetidas ocasiones las ciudades de Sderot, Ascalón, Asdod y Beerseba,
provocando la muerte de un soldado y tres civiles israelíes, así como decenas de heridos
de distinta consideración. Tras
el inicio de la invasión terrestre sobre la Franja, nueve soldados israelíes
murieron en combate en diferentes acciones, cuatro
de ellos como consecuencia del fuego
amigo el 5 de enero. Otro soldado israelí murió el 27 de enero a consecuencia de las heridas
provocadas por una bomba accionada por milicianos palestinos cerca del paso de
Kissufim.
Tras la
intensificación de la diplomacia en los días previos, el 17 de enero de 2009 el primer
ministro israelí Ehud Ólmert anunció un "cese unilateral de las hostilidades en la Franja de Gaza", con una
duración de 10 días. En este
período, el ejército israelí siguió desplegado en la Franja, y según afirmó un
alto mando del mismo, "si Hamás
dispara contra las fuerzas israelíes, nos reservamos el derecho de responder". Tras la declaración de alto el fuego,
varios cohetes cayeron sobre territorio israelí y hubo combates entre
milicianos palestinos y militares israelíes en el interior de la Franja de
Gaza, que provocaron la muerte de un ciudadano palestino.
El día
siguiente, 18 de enero, fue Hamás junto con otras organizaciones
palestinas quien anunció un "alto
el fuego inmediato". Éste, con una duración de una semana, tenía
como objetivo la retirada del ejército israelí del territorio gazací, según
portavoces del movimiento islamista. Según un portavoz del primer ministro
israelí Ehud Ólmert, el ejército
israelí no contemplaba un calendario de retirada mientras no cesase el
lanzamiento de cohetes sobre su territorio. Finalmente y tras varios días de
tensa calma, los portavoces de las Fuerzas
de Defensa de Israel anunciaron
el 21 de enero que el ejército hebreo había
completado su retirada de la Franja de Gaza, retornándose a lstatu quo previo al conflicto y retomando Hamás
el poder sobre la totalidad del territorio gazací.
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